AMIA: ordenan nuevas capturas para cuatro libaneses del Hezbollah

La UFI AMIA ha solicitado la detención, la cual ha sido autorizada por el juez Rafecas. Las fuerzas de seguridad y Migraciones ya han sido debidamente informadas

Política 16 de junio de 2023 Jose Ferras Jose Ferras
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El juez federal Daniel Rafecas emitió una orden de captura nacional e internacional para cuatro sospechosos de estar involucrados en el atentado a la mutual judía AMIA, que ocurrió hace casi 29 años y causó la muerte de 85 personas. Según fuentes del caso citadas por Infobae, los individuos buscados son miembros de Hezbollah, y se les identifica como Hussein Mounir Mouzannar, Alí Hussein Abdallah, Farouk Abdul Hay Omairi y Abdallah Salman, también conocido como José El Reda. Se cree que los tres primeros residen en la región de la Triple Frontera, entre Foz de Iguazú y Ciudad del Este, mientras que El Reda se encontraría en el Líbano. El fiscal Sebastián Basso, de la Unidad Fiscal de Investigación del atentado a la AMIA, solicitó las detenciones con el fin de interrogar a los sospechosos en relación al ataque. Según su opinión, está suficientemente probada su pertenencia y/o cooperación con el brazo armado de Hezbollah, una organización criminal. En una resolución reciente, el juez Rafecas autorizó la medida cautelar solicitada y ordenó la captura nacional e internacional de los individuos mencionados. La notificación correspondiente ha sido enviada a la Dirección de Migraciones y a las fuerzas de seguridad. Sin embargo, el juez no accedió al pedido fiscal de congelar los bienes de los sospechosos ni de incluir sus nombres en el Registro Público de Personas y Entidades Vinculadas a Actos de Terrorismo y su Financiamiento (RePET).

El próximo 18 de julio se cumplirán 29 años de que una bomba estalló en la sede de Pasteur 633, en el barrio de Once, y terminó con 85 vidas. No hay ningún detenido por esa masacre.

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La causa sostiene que la explosión fue ideada y preparada por quienes por entonces ejercían el poder en la República Islámica de Irán, y que fue ejecutada por la organización terrorista libanesa Hezbollah. Hay ocho pedidos de captura sobre los sospechosos que se resisten a ser indagados por los tribunales argentinos. Algunos de esos imputados, sobre los que pesan cinco alertas rojas de Interpol renovadas hasta 2027, circulan por el mundo sin ser atrapados gracias a pasaportes diplomáticos.

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La Justicia argentina sostiene que los funcionarios iraníes considerados responsables de decidir, planificar y ejecutar el ataque fueron: Alí Akbar Hashemi Bahramaie Rafsanjani (a la época de los hechos presidente de la República Islámica de Irán), Alí Fallahijan (por entonces Ministro de Información iraní), Alí Akbar Velayati (en aquel tiempo Ministro de Relaciones Exteriores de la nación persa), Mohsen Rezai (por entonces a cargo del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria “Pasdaran”), Ahmad Vahidi (en aquella época a cargo de la fuerza de elite “Al Quds” perteneciente a la Guardia Revolucionaria), Mohsen Rabbani (al tiempo de los hechos Consejero Cultural de la Embajada iraní en nuestro país), Ahmad Reza Asghari o Mohsen Randjbaran (en aquel entonces Tercer Secretario de la representación diplomática iraní en Argentina), y Hadi Soleimanpour (en aquella época Embajador de la República Islámica de Irán en Buenos Aires).

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A esa lista se sumó Imad Fayez Moughnieh, por entonces a cargo del Servicio Exterior de la agrupación terrorista libanesa y acusado de dirigir el grupo que atacó la sede de la mutual judía en Buenos Aires. Según se pudo establecer, ya falleció al igual que el ex presidente Rafsanjani y por lo tanto se ordenó sus respectivos sobreseimientos.

Hay un último sospechoso sobre el que la Justicia argentina ha puesto todas las miradas: Samuel Salman El Reda o Salman Raouf Salman, un miembro activo del Hezbollah que vivía en la Triple Frontera y estuvo en Buenos Aires en julio de 1994 cuando ocurrió el atentado. A él se le adjudica haber transmitido información indispensable para la concreción del ataque. Se cree que fue un nexo de los agentes internacionales que actuaron en territorio argentino.

Los buscados ya estaban en la mira del fiscal Alberto Nisman, quien apareció muerto en el baño de su departamento con un tiro en la cabeza en enero del 2015. Los primeros informes de la inteligencia, luego del atentado contra la AMIA, aseguraron que los “principales activistas” sospechados de ser miembros de una organización terrorista islámica incluían a esto cuatro libaneses, entre otros. Se los sindicó como agentes activos del Hezbollah en la zona de la Triple Frontera.

El perfil de los terroristas

Según esa información, Mohammad Abdallah era considerado el “líder principal del Hezbollah en la región”. Fue uno de los primeros en instalarse en Ciudad del Este. Abdallah es una de las personalidades del mundo islámico más influyentes en la zona y el constructor de la principal mezquita: Profeta Mahoma. Es sindicado por los estudiosos del fenómeno islámico en la región como uno de los miembros más antiguos de Hezbollah en América Latina.

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Otro de los personajes claves en la red fundamentalista es Farouk Abdul Omairi. Señalado también como uno de los líderes del grupo terrorista en la zona, es uno de los más encumbrados comerciantes de la Triple Frontera y también activo religioso. Su vínculo con la mezquita Husseinia y con la Sociedad Benéfica Islámica sirve como contacto con la comunidad y puerta de entrada para coordinar sus tareas. Incluso es considerado el “gran coordinador” por los libaneses de ese triángulo geográfico. A Omairi se le atribuyó haber montado un esquema de narcotráfico desde la Triple Frontera. Omairi estuvo preso pero “consiguió escapar de la cárcel pública local de Foz de Iguazú, en un extraño y, hasta hoy, mal explicado equívoco de cumplimiento de órdenes”, según describió la jueza que lo investigó.

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