Estados Unidos eleva a 50 millones de dólares la recompensa por Nicolás Maduro

La fiscal general Pam Bondi anunció que el presidente venezolano es buscado por narcotráfico y vínculos con el crimen organizado. La comparacion con Pablo Escobar

Internacional09 de agosto de 2025Redacción Primicia 24Redacción Primicia 24
Nicolas Maduro
Nicolas Maduro

Estados Unidos dio un nuevo y contundente paso en su ofensiva contra el régimen de Nicolás Maduro. Este jueves, la fiscal general Pam Bondi anunció que el Gobierno norteamericano elevó a USD 50 millones la recompensa por información que conduzca a la captura del mandatario venezolano, acusado de narcotráfico y de vínculos con organizaciones criminales internacionales. El incremento duplica la recompensa fijada en enero de este año, que era de USD 25 millones, y multiplica por más de tres la cifra establecida en 2020, cuando el Departamento de Justicia ofreció USD 15 millones. La decisión convierte a Maduro en el jefe de Estado en ejercicio con la mayor recompensa en la historia de Estados Unidos.

Nicolas Maduro

Bondi afirmó que el líder chavista es “uno de los narcotraficantes más peligrosos del planeta” y lo acusó de encabezar una estructura criminal conocida como el Cartel de los Soles, con nexos directos con el Cártel de Sinaloa, el grupo criminal Tren de Aragua y células terroristas internacionales. “El régimen de Maduro ha exportado cocaína, violencia e inestabilidad a todo el hemisferio”, señaló la fiscal general en un mensaje difundido por redes sociales. De acuerdo con el Departamento de Justicia, las investigaciones y operaciones conjuntas con agencias antidrogas permitieron incautar más de 700 millones de dólares en activos vinculados a Maduro. Entre los bienes confiscados figuran aviones privados, propiedades de lujo y cargamentos de cocaína.

Las comparaciones con Pablo Escobar

El anuncio tuvo un componente simbólico: la cifra ofrecida por la captura de Maduro es ocho veces superior a la que se puso sobre la mesa por el capo colombiano Pablo Escobar en su momento de mayor poder, cuando la DEA y el Gobierno estadounidense ofrecieron el equivalente a USD 6,2 millones por su captura. También iguala el monto que llegó a ofrecerse por Osama bin Laden, el líder de Al Qaeda responsable de los atentados del 11 de septiembre. El gobierno venezolano reaccionó con dureza. El canciller Yván Gil calificó la medida como una “burda operación de propaganda política” y acusó a Estados Unidos de buscar “justificar su política de agresión contra Venezuela”. Caracas sostiene que las acusaciones carecen de sustento legal y que forman parte de una estrategia para desestabilizar al país.

Pablo Escobar

La recompensa récord llega en un contexto de máxima tensión entre Washington y Caracas. La administración de Donald Trump, que volvió al poder en enero, ha endurecido las sanciones económicas y diplomáticas contra Venezuela, reinstalando medidas que habían sido parcialmente flexibilizadas durante el gobierno anterior. Además del anuncio, el Departamento de Estado difundió números de contacto y canales seguros para recibir información sobre el paradero de Maduro, enfatizando que la identidad de los informantes será protegida. “No hay lugar donde esconderse”, advirtió Bondi, subrayando que Estados Unidos “seguirá persiguiendo a quienes amenazan la seguridad y estabilidad de la región”.

Expertos en seguridad internacional señalan que un ofrecimiento de esta magnitud tiene un fuerte impacto psicológico y político, tanto hacia dentro de Venezuela como en el entorno del propio Maduro. “Este tipo de recompensas generan desconfianza interna y pueden alentar a personas de su círculo cercano a negociar con las autoridades”, explicó un exagente de la DEA consultado por medios locales.

La cifra también podría reforzar la percepción internacional de que el régimen de Maduro se ha convertido en un actor central del narcotráfico global. Para Washington, no se trata solo de un asunto criminal, sino de un problema de seguridad hemisférica. En el pasado, las recompensas millonarias han sido efectivas para facilitar la captura de criminales de alto perfil. Sin embargo, en el caso de Maduro, la ecuación es más compleja debido a que se trata de un jefe de Estado protegido por las estructuras del poder militar y político de su país. Mientras tanto, la medida ya generó repercusiones en la región. Algunos gobiernos sudamericanos aliados de Estados Unidos respaldaron la decisión, mientras que otros, cercanos al chavismo, la repudiaron. La comunidad internacional observa con atención el próximo capítulo de un conflicto que, a la luz de este nuevo anuncio, parece estar lejos de resolverse.

Con este movimiento, la Casa Blanca eleva la presión al máximo sobre el régimen venezolano y envía un mensaje claro: para Estados Unidos, Nicolás Maduro no es un líder político con inmunidad, sino un fugitivo de la justicia al que hay que capturar, cueste lo que cueste.

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