Julio César Pose cumplirá su condena de cuatro años de prisión por narcotráfico

El ex-espia y colaborador de la DEA cumplirá la condena de cuatro años de prisión por narcotráfico en su domicilio monitoreado por una tobillera electrónica. 

Narcotráfico 20 de enero de 2023 Alejandro Attili Alejandro Attili
DEA
El informante de la DEA fue detenido mientras intentaba comprar droga a los narcotraficantes a quienes debia vigilar.

Pasaron casi veinte años antes de que Julio César Pose comenzara a cumplir la sanción por una operación oculta que salió mal. Adrián Federico Grünberg, Ricardo Ángel Basílico y José Antonio Michilini, de la Corte de Justicia Penal Federal (TOF) 1 porteño, decretaron el jueves que el apodado "Gitano", a punto de cumplir 70 años, cumpla la condena de cuatro años de prisión por narcotráfico en su domicilio, monitoreado por una tobillera electrónica. 

Así, se convirtió en el primer colaborador de la Drug Enforcement Administration (DEA) de Estados Unidos condenado en la Argentina. El 31 de diciembre de 2003, al mediodía, la Gendarmería se presentó cuando Julio Testa estaba a punto de pagar 31 kilos de cocaína y 12 kilos de pasta base en una plaza de la avenida Figueroa Alcorta, cerca de la Floralis Genérica. Por lo tanto, el operativo fue bautizado como "Flor de Acero". 

Los comerciantes, Freddy Marcelo Ríos, Virginio Raúl Valdez y Carlos Alberto Cogno, fueron arrestados mientras que el comprador se alejó caminando. Testa, uno de los muchos alias de Pose, cruzó la calle, llegó a Rond Point y subió al BMW donde lo esperaban Abraham Tenembaum, conocido como "René Tenenbaum" o "el campeón israelí" de Titanes en el Ring, y Arthur Staples, un agente de la DEA. Ambos llevaban a cabo la "entrega controlada". 


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Luego de cumplir con el procedimiento de la Gendarmería, los tres fueron a la Embajada de los Estados Unidos para celebrar el éxito de la misión. Por otro lado, Ramón Ceferino Mendoza, ex cabo primero zapatero del Ejército y colaborador de la Secretaría de Inteligencia (SIDE) hasta principios de 2002, aguardaba ansioso recibir su parte de la operación.

El 14 de febrero de 2004 puso fin a su desesperación: ese día envió cartas al Ministerio de Justicia, la SIDE, la DEA y la Embajada de los Estados Unidos para contar que la operación «Flor de Acero» había comenzado en agosto en Salta, que él había colaborado y por eso mismo exigía que cumplieran con lo que le habían prometido Pose: un puesto en la SIDE. En «la Casa», Horacio Antonio Stiuso, alias "Jaime", director general de Operaciones, abrió un sumario y concluyó que "la Secretaría" no había tenido ninguna participación en el caso. 

La versión de Mendoza, difundida por todas partes, finalmente llegó al juez federal Claudio Bonadio, quien advirtió algo que no encajaba en esa «entrega controlada». Según el parte oficial, el agente especial Staples, de la DEA, envió el 30 de diciembre de 2003 una nota para informar el estado de la situación: «Ayer, 29 de diciembre, recibimos información de que entre el día de hoy, 30 de diciembre, y el día mañana, 31 de diciembre, se estaría negociando unos 30 kilos de cocaína. El lugar sería alrededor del Canal 7 de la televisión o cerca de la flor metálica que abre y cierra». 


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Al indagar a los detenidos, el magistrado constató que lo que decía Mendoza era cierto: él y Pose habían viajado varias veces desde agosto a Salta y, tras muchas idas y vueltas, los narcos accedieron a trasladar la droga al final de diciembre a Buenos Aires. Si, como informó la Gendarmería, la DEA recibió los detalles de la operación en curso recién el 29 de diciembre, todo lo anterior, incluida la ausencia de la SIDE, era ilegal. El juez Bonadio ordenó entonces la captura del informante de la DEA y del exsoldado del Ejército. A Mendoza lo arrestaron rápidamente. Desde la cárcel, trató de hablar con el ministro de Justicia, Gustavo Béliz. Pose, sin embargo, no estaba dispuesto a rendirse. Por el contrario, quería que la DEA intercediera por él. El 5 de mayo de 2004, finalmente, los detectives lo detuvieron en su casa de San Martín. Durante la diligencia, no le quedó otra opción que contar toda su trayectoria como informante de la DEA y la SIDE, e incluso mencionar a todos sus contactos en el submundo de la inteligencia nacional e internacional para intentar convencer al magistrado de que su actuación en Salta había sido un trabajo de encubierto. 

El reconocimiento de la DEA que no fue suficiente para la justicia

Aunque el jefe de la DEA en Argentina, Anthony Greco Jr, confirmó al juez que Pose era uno de sus informantes, no pudo explicar por qué desde agosto habían llevado a cabo una investigación por su cuenta si, según la nota a la Gendarmería, recién el 29 de diciembre se enteraron de la operación de narcotráfico en marcha; por qué perseguían a esos narcos si sabían que otro magistrado ya los estaba investigando; cómo fue posible que llegaran a la Floralis Genérica en un Ford Escort destartalado sin que las fuerzas federales los detuvieran en los 1500 kilómetros que separan Salta de Buenos Aires; y por qué les interesaba hacer una «entrega controlada» de 31 kilos de cocaína de muy baja pureza -entre 18 y 21 por ciento cada «ladrillo»-.  Ni esas ni otras preguntas más pudieron o quisieron responder. Menos aún por qué la agencia estadounidense actuó en territorio argentino sin autorización.

Fue el mismo Julio Cesar Pose con quien Lanata en agosto del 2015 confundió con Anibal Fernandez sindicandolo como "La Morsa". La noticia tomó trascendencia ya que diferentes medios intentaron vincular al actual Ministro de Seguridad de la Nación durante su campaña a Gobernador de Buenos Aires en el año 2015.  Una fuente cercana al narcotraficante argentino señaló lo siguiente: "Pose es un narco-informante, dicen que no podés hacer dos negocios con él, el primero bien y el segundo te entrega”.