Whisky, habanos, cocaína y un tiro: el suicidio de Miguel Ángel Lamparelli, el lider de una banda de estafadores

Actualidad 23 de enero de 2021 Jose Ferras
Torre El faro
El Faro es uno de los edificios más lujosos de Puerto Madero. El piso de Lamparelli cuesta 1.5 millones de dólares

A las 6:30 de la mañana, una mujer realizó una llamada al 911 para denunciar un caso de violencia de género por parte de su pareja. El incidente había ocurrido en el lujoso edificio El Faro de Puerto Madero, área de jurisdicción de la Prefectura Naval Argentina. La mujer, acompañada de su hijo pequeño, se había refugiado en la recepción del edificio. 

Ella advirtió a los agentes que el hombre que la había golpeado estaba armado, por lo que los efectivos recibieron la orden de una fiscal Contravencional de la Ciudad para requisar el arma y pedirle al hombre los documentos que acreditasen su tenencia legal. Los efectivos, acompañados de testigos, subieron al ascensor hasta el piso 35 de la Torre 1, pensando que se enfrentarían a un procedimiento rutinario y que tendrían que actuar para que interviniera la justicia.

Tras la llamada al número de emergencia 911, pasaron casi 90 minutos antes de que los agentes y testigos ingresaran al inmueble del piso 35 de la Torre 1. Al usar la llave que la mujer les proporcionó, abrieron la puerta y encontraron a un hombre sentado en un sillón del gran salón de un departamento que valía más de un millón de dólares. El hombre tenía un puro cubano en su mano izquierda y un vaso de whisky con dos hielos en la mesa ratona. 

En su mano derecha sostenía una pistola que se acercaba cada vez más a su boca. Los prefectos le leyeron sus derechos y trataron de calmarlo para que alejara el arma de su cara, pero el hombre no dijo una palabra. De repente, se escuchó el estallido de un disparo y los prefectos vieron caer al hombre. El habano se deslizó bajo la mesa y el whisky quedó ahí, mientras todo quedaba filmado.


Marcal Gago


El pasado 9 de diciembre, Miguel Angel Lamparelli, conocido en el submundo del hampa por sus iniciales M.A.L, se suicidó de un tiro en la boca. Lamparelli había ascendido desde los arrabales a los deslumbrantes edificios de Puerto Madero gracias a sus estafas millonarias y el lavado de dinero. Se cuentan historias truculentas que respaldan su sobrenombre. Se dedicaba a contar dinero negro sin el menor temor a llamar la atención, y poseía autos de lujo como una Ferrari que fue comprada por el valijero arrepentido Leonardo Fariña. 

Lamparelli había salido de la cárcel de Marcos Paz en junio de 2020, donde había estado más de dos años esperando el juicio oral y público que se iba a llevar adelante en el Tribunal Oral Federal 3. Estas organizaciones de estafadores/financistas no habrían podido prosperar sin el apoyo de la policía, el gobierno o los organismos de inteligencia.

En 2013, Primicia24 informó sobre una causa judicial que investigaba a dos líderes de una conocida organización basada en Puerto Madero, que obtuvo millones de dólares mediante estafas relacionadas con certificados impositivos. Estos dos líderes, identificados como Gustavo Lamparelli y Adrián Marcal Gago, fueron vistos abrazando fajos de dólares y brindando con champán en un departamento de Puerto Madero, que podría ser el mismo donde más tarde Lamparelli se suicidaría. 

La banda de Lamparelli se especializaba en la falsificación de certificados de crédito fiscal que vendían a personas y empresas. A cambio, cobraban sumas millonarias. Sin embargo, cuando los compradores de buena fe recibían intimaciones de la AFIP, se descubría la estafa. Por lo tanto, Lamparelli, Marcal Gago y los demás miembros habían acumulado una parte del dinero acordado.


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