El peligroso mundo del “trading” piramidal: de Pérez Algaba a Joaquín Domínguez

El hallazgo del cuerpo descuartizado de Pérez Algaba volvió a poner la lupa en el submundo de las estafas piramidales. Las similitudes con Joaquín Domínguez y Leonardo Cositorto

Actualidad26 de julio de 2023Redacción Primicia 24Redacción Primicia 24
Las estafas piramidales que terminaron mal
Las estafas piramidales que terminaron mal

Los datos que emergen de la investigación sobre el crimen del empresario Fernando "Lechuga" Pérez Algaba (41) son extremadamente escalofriantes. Además de haber sido descuartizado y abandonado en una maleta en un arroyo lleno de basura en la localidad de Ingeniero Budge, provincia de Buenos Aires, se ha descubierto que el hombre fue ejecutado con tres disparos. "Le dispararon, lo cortaron y lo tiraron", resumió una fuente judicial de alto nivel en conversación con Primicia 24. Según la misma fuente, los cortes fueron realizados con una sorprendente precisión.

El domingo, el cuerpo de la víctima fue encontrado dentro del canal que rodea el arroyo Rey, en la calle Comodoro Rivadavia, entre Figueredo y Azamor. Los primeros en descubrir los restos fueron unos niños del barrio que jugaban cerca del lugar y rápidamente informaron a sus padres. Pocos minutos después, el personal de la Comisaría 10ma de Lomas de Zamora llegó al lugar y, tras tomar las huellas dactilares del cadáver, se confirmó la identidad de la víctima anoche. Esta tarea fue llevada a cabo por el área de Dactiloscopía de la Policía Científica de la provincia de Buenos Aires.

Estafa piramidal en La PlataQuienes son los familiares del futbolista involucrados en la estafa piramidal de La Plata

Del hallazgo, cuando uno rasca un poco en esta fastuosa vida que mostraba el “Lechu” en las redes sociales, puede encontrarse con un submundo de estafas piramidales, amenazas y hasta narcotráfico. Recientemente, el reconocido periodista de investigación Cristian Sanz, aseguró que Pérez Algaba era “un hombre de la efedrina”. Al igual que en la estafa piramidal de La Plata, los vínculos con el narcotráfico siempre afloran. En el caso de Joaquín Domínguez, hermano del futbolista de Gimnasia LP, tiempo atrás tuvo un episodio similar con unos narcocriminales de origen peruano que se acercaron hasta su domicilio e intentaron quemarlo. El caso, quedó en manos de la justicia bonaerense y paradójicamente, los criminales peruanos con una perimetral para con Sergio Domínguez, padre de Joaquín y Benjamín, y denunciado como participe de una banda delictiva dedicada al “trading”. La justicia, no determinó aun si el ataque fue por una deuda que mantenía con los atacantes o por un “vuelto” por haberlos delatado en sede policial para “zafar” del pago.

En todos estos casos, hay un tridente común: los vínculos con algún negocio delictivo, una vida que aparenta ser “millonaria” y una pantalla: el trading. Hay que aclarar, que en estos casos, las criptomonedas son solamente un vehículo utilizado por los delincuentes. Aunque en muchos casos, llegan simplemente a ser “una pantalla”.

Joaquin Dominguez junto a Estefania ArguelloEl hermano de Benjamín Domínguez envuelto en una mega estafa piramidal en La Plata

El “empresario” descuartizado, también apareció vinculado a otra causa de narcotráfico. Fernando Pérez Algaba fue relacionado en una investigación de la Justicia federal de Morón a la organización del traficante Esteban Tulli, detenido en septiembre del año pasado y conocido como “El Narco Zapatero”. Pérez Algaba entró en la causa tras ser hallado en un posteo en redes sociales donde aparece con varios de los investigados. Particularmente, fue vinculado por la Bonaerense a una mujer en la familia de Tulli. En su declaración indagatoria, Tulli aseguró desconocer a “Lechuga”. Pero uno de sus socios en el negocio narco,  Julio Michael Katzman lo mencionó en varias oportunidades en su propio testimonio. Aseguró que lo conoció mientras tenía una agencia de autos en San Martín, tras comprarle un auto.

Restos

Allí, en 2018, Pérez Algaba le propone abrir una concesionaria dedicada solo al rubro de vehículos de alta gama, un negocio que abrieron pero que “no funcionó” porque tenían “diferentes formas de trabajar”, aseguró el procesado. Así, Katzman le compró su parte a Pérez Algaba y se quedó con la agencia. “Solo era una relación comercial, a veces tenía un auto para vender y le conseguía clientes o viceversa”, asegura la transcripción volcada en el procesamiento.

Los expertos en trading: en la mira de la justicia y sus acreedores

Fraude, timo, trampa, estafa, engaño o ardid son alguno de los sinónimos correctos que la RAE le asigna a esta actividad. Sin embargo, paradójicamente, sus ejecutores encontraron un eufemismo: expertos en trading.

Así es como Joaquín Domínguez, la cabeza de la organización delictiva de La Plata se identificaba en sus contratos. También, así es como se presentaba Cositorto ante sus fieles. O bien, como se auto percibía Pérez Algaba en las redes. Pero el denominador común en la actividad de cada uno, son las estafas piramidales.

¿En qué consiste una estafa piramidal?

En tomar dinero de inversores prometiendo una rentabilidad asegurada y elevada. En el caso de Cositorto, prometía hasta un 8% en dólares de manera mensual. Domínguez, junto a Estefanía Arguello Miño, fue más allá. En sus mutuos, firmaron contratos por hasta el 18% mensual, asegurado y en dólares. Aun no trascendieron los intereses que prometía a sus inversores Pérez Algaba, aunque sí, ya salieron a la luz un sinfín de causas y denuncias por estafa. Luego, a partir de este mecanismo y en estos casos, pantalla de “trading” mediante, se le abonan los intereses a los viejos inversores con la plata de los nuevos inversores.

JD

De este modo, se va conformando una “pirámide” que funciona hasta que el líder o la organización se “descalza”. Así se denomina en la jerga al momento en que las nuevas inversiones ya no logran cubrir los intereses que hay que abonarle a los viejos acreedores. Es aquí, cuando comienzan las excusas. Perdidas simuladas, problemas con pagos en el extranjero o un robo infortunito. Dependerá de la imaginación creativa del líder.

Cositorto, apeló a una “operación de prensa liderada por Marcos Galperin y Pierpaolo Barbieri”. No hace falta aclararle nada al lector.

Joaquín Domínguez y Estefanía Arguello Miño, apelaron primero a un congelamiento de fondos en una plataforma denominada Deriv. Luego, cuando la fábula era insostenible ante el grupo de acreedores, decidieron apelar a una “enorme perdida por las malas decisiones”. 

Fernando Perez Algaba, no llegó a explicar nada.

Paradojicamente, hay otro factor común en los tres casos que en breve saldrá a la luz: los barrabravas.

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