Las confesiones de los asesinos de Pérez Algaba

Se quebrantó el acuerdo de silencio entre los asesinos pero sin embargo, quedan incertidumbres. Las confesiones hechas por Nahuel Vargas y Luis Alberto Contrera la semana pasada redirigen la investigación de uno de los asesinatos más brutales de los últimos tiempos hacia una fase crucial. El homicidio de Fernando Pérez Algaba, cuyo cuerpo desmembrado fue encontrado en el interior de una maleta en un arroyo de Ingeniero Budge hace casi un mes.

Vargas fue detenido el jueves pasado y declaró el viernes. Su declaración, a la que tuvo acceso A24.com, fue contundente. Admitió con lujo de detalles que el crimen del empresario se cometió la tarde del 18 de julio en el establecimiento inmobiliario "Renacer" de General Rodríguez y que el autor fue Pilepich, quien lo ejecutó por la espada de dos balazos mientras lo hacía cambiar "unas lamparitas" quemadas en una de las oficinas.

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"Ya está, no aguantaba más, hay límites. Hacía mucho tiempo que le venía exigiendo que me pagara la deuda de 150.000 dólares ", contó Vargas que habría dicho Pilepich tras disparar. Según Vargas, “el cuerpo fue llevado en el auto Polo hasta la casa de Contrera, quien se encargó de descuartizarlo y arrojarlo al arroyo.

Además, agregó que el lugar del crimen fue demolido para borrar las pruebas y que todo el tiempo que se mantuvo prófugo fue por miedo. También reveló, siempre según su testimonio, que en la escena del crimen, habrían estado Matías Gil, socio de Pilepich en el emprendimiento "Renacer" y el comisario de la Policía de la Ciudad Horacio Mariano Córdoba. Paradójicamente, luego de contar “todo” en sede judicial, lo trasladaron a la misma celda en donde estan alojados Pilepich y Contreras. Inmediatamente, pidió un habeas corpus preventivo.

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Contreras contradice esta versión según su propio relato. De acuerdo a su testimonio, Pilepich y Vargas llegaron a su residencia en Ingeniero Budge en un Volkswagen Polo y un Ford Ka, transportando un cadáver ya desmembrado y empaquetado. En un intento por persuadirlo, le ofrecieron dinero para que se deshiciera del cuerpo.

Inicialmente, Contreras reveló que rechazó la propuesta. Sin embargo, afirmó que los individuos mencionados regresaron más tarde, insistiendo con la oferta monetaria para que él se encargara de la desaparición del cuerpo. Fue en este momento cuando, supuestamente, Contreras accedió después de recibir una transferencia de 100.000 pesos en su cuenta. No obstante, al percatarse de las manchas de sangre en el baúl del vehículo que contenía el cuerpo, declinó el plan y aseguró que no lo haría. Todo esto según sus propias declaraciones.

También admitió haber entregado una maleta roja que tenía guardada en su casa sin darse cuenta de que contenía documentos pertenecientes a algunos familiares suyos, los cuales resultaron ser la evidencia clave que lo incriminó. Paralelamente, el juez de Garantías de Lomas de Zamora, Sebastián Monelos, deberá decidir si ordena la detención preventiva de todos los arrestados y confirmar las acciones realizadas por el fiscal Domínguez. Este último ha imputado a los ocho detenidos por el delito de "homicidio cuádruplemente calificado por el uso de arma, alevosía, móvil económico y por la colaboración premeditada de dos o más personas".