Qué es un fideicomiso, la figura legal que utilizó Santi Maratea para salvar a Independiente

Un fideicomiso es un acuerdo legal en el que una persona o entidad, conocida como fiduciante, transfiere la propiedad de un activo o conjunto de activos a otra persona o entidad, conocida como fiduciario, para que este último administre los activos en beneficio de un tercero, conocido como beneficiario. La función principal de un fideicomiso es separar la propiedad y el control de los activos para lograr un objetivo específico. Por ejemplo, se puede crear un fideicomiso para financiar la construcción de un edificio, donde los inversores aportan fondos al fideicomiso y el fiduciario se encarga de administrar el dinero y construir el edificio. Una vez construido el edificio, el fideicomiso puede venderlo y distribuir las ganancias entre los inversores.

Las partes involucradas en un fideicomiso son el fiduciante (quien transfiere los activos), el fiduciario (quien administra los activos) y el beneficiario (quien recibe los beneficios del fideicomiso). También puede haber un fiduciario suplente o un comité de control que supervise la gestión del fiduciario. Otro ejemplo de uso de un fideicomiso en Argentina es para planificación patrimonial, donde el fiduciante transfiere sus activos a un fideicomiso y nombra a sus hijos como beneficiarios. De esta manera, los activos están protegidos de cualquier reclamo futuro de los acreedores y los beneficiarios reciben los beneficios de los activos después de la muerte del fiduciante.

Los diversos tipos de fideicomisos utilizados

En Argentina, los fideicomisos se utilizan en diversos campos y para diferentes fines, algunos de los principales usos son:

• Fideicomisos financieros: se utilizan para financiar proyectos de inversión, como la construcción de infraestructuras, el desarrollo de energías renovables, entre otros.
• Fideicomisos inmobiliarios: se utilizan para la construcción de edificios, la administración y venta de propiedades, así como para la inversión en bienes raíces.
• Fideicomisos de garantía: se utilizan como garantía para préstamos o para respaldar el pago de deudas.
• Fideicomisos de inversión: se utilizan para invertir en diferentes instrumentos financieros, como acciones, bonos, entre otros.
• Fideicomisos de administración: se utilizan para administrar y proteger el patrimonio de personas físicas o jurídicas.
• Fideicomisos previsionales: se utilizan para la administración de fondos de pensiones y jubilaciones.
  Algunos ejemplos para entender mejor que es un fideicomiso

El caso de un fideicomiso para la construcción de un parque eólico

Imaginemos que una empresa desea construir un parque eólico en una zona determinada, pero no cuenta con los fondos necesarios para financiar el proyecto. En este caso, la empresa podría crear un fideicomiso financiero, a través del cual se reúnan los fondos necesarios para financiar el proyecto.

El fideicomiso financiero funcionaría de la siguiente manera: la empresa sería el fiduciante, es decir, quien transfiere la propiedad del parque eólico a una entidad fiduciaria. Los inversores, por su parte, serían los beneficiarios del fideicomiso y aportarían los fondos necesarios para la construcción del parque eólico. La entidad fiduciaria, por su parte, administraría los fondos y los utilizaría para financiar la construcción del parque eólico. Una vez que el proyecto esté finalizado, el fideicomiso podría vender la energía producida por el parque eólico y distribuir las ganancias entre los inversores.

En este ejemplo, el fideicomiso financiero permitió que una empresa pudiera financiar un proyecto de inversión a través del aporte de diferentes inversores, y a su vez, protegió los intereses de los inversores al garantizar que su dinero se utilizará para financiar la construcción del parque eólico y, posteriormente, recibir los beneficios obtenidos por la venta de la energía producida.

El caso de un fideicomiso financiero para la protección del patrimonio de una persona de gran fortuna

Imaginemos que una persona tiene una fortuna valuada en 1000 millones de dólares, y desea resguardar su patrimonio y diversificar sus inversiones. En este caso, podría crear un fideicomiso financiero para administrar su patrimonio. El fideicomiso financiero funcionaría de la siguiente manera: la persona sería el fiduciante, es decir, quien transfiere la propiedad de sus activos a una entidad fiduciaria. La entidad fiduciaria, por su parte, administraría los activos y los invertiría en diferentes instrumentos financieros, como acciones, bonos, fondos mutuos, entre otros.

La persona, por su parte, sería el beneficiario del fideicomiso y tendría derecho a recibir los beneficios obtenidos por las inversiones realizadas por la entidad fiduciaria. De esta manera, la persona tendría la tranquilidad de que su patrimonio está siendo administrado de manera eficiente y diversificada, reduciendo así los riesgos asociados a la inversión en un solo instrumento financiero o empresa. Además, el fideicomiso financiero podría contar con cláusulas específicas para proteger el patrimonio de la persona. Por ejemplo, se podría establecer que los activos no puedan ser vendidos o traspasados sin la aprobación de la persona, o que la entidad fiduciaria deba invertir en instrumentos financieros con un determinado perfil de riesgo.

En este ejemplo, el fideicomiso financiero permitiría a la persona con una gran fortuna resguardar y diversificar su patrimonio, reduciendo los riesgos asociados a la inversión en un solo instrumento financiero o empresa, y protegiendo sus intereses a través de cláusulas específicas.